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Comienza por lavar y trocear las espinacas. Procura retirar los tallos que veas más gruesos.
Pon la olla llena de agua con sal a fuego medio y, en cuanto comience a hervir, echa las espinacas. Pasados 5 o 6 minutos, retíralas del agua con ayuda de una espumadera y resérvalas en un recipiente. Verás que, una vez cocidas, se reduce su volumen considerablemente.
La misma agua donde has hervido las espinacas a te servirá para cocer la pasta. Para ello sigue las instrucciones del paquete, pues dependiendo del tipo de pasta elegida tardará más o menos en hacerse. Una vez lista, escúrrela y reserva un poco de agua de la cocción a parte.
Es el momento de hacer la salsa. Aliña las espinacas con un poco más de sal y el aceite de oliva. Remueve bien para que los sabores se mezclen.
Vierte el queso ricotta sobre las espinacas y lo condiméntalo con una pizca de nuez moscada y de pimienta. Mézclalo todo con la ayuda de un tenedor hasta deshacer todos los grumos del queso.
Añade la salsa de espinacas y queso a la olla donde tenías la pasta, las nueces picadas y mezcla todos los ingredientes. Ahora, si ves que la salsa queda un poco seca , añade a cucharadas el agua de cocer la pasta que habías reservado, hasta que esté a tu gusto.
Espolvorea con el queso parmesano y sirve caliente.
Ingredientes para hacer pasta con espinacas y queso ricotta. Cantidades para 3 raciones aproximadamente
- 250 g de pasta (preferiblemente corta, tipo los rigatoni de la imagen)
- 300 g de espinacas frescas
- 250 g de queso ricotta
- 50 g de nueces ya peladas
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- 70 g de queso parmesano rallado
- sal
- pimienta
- nuez moscada
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